¿Quién es Terence Mckenna?: Todo sobre su Vida, su Activismo Psicodélico y su Muerte

Terence McKenna desempeñó muchas funciones, pero quizá se lo recuerde más por su trabajo como activista y militante del uso de psicodélicos, así como por ser la voz de la cultura rave. Nació en 1946 y fue un autor experto, etnobotánico, conferencista y chamán practicante.

Primeros años

Viajes y estudios

Conocido a menudo como “el Timothy Leary de los ’90”, McKenna comenzó su recorrido en California, adonde se había trasladado desde Colorado, su estado natal. En 1965, comenzó sus estudios en el Tussman Experimental College, que era un proyecto educativo de la Universidad de California en Berkeley.

Aunque de niño siempre había sentido afición por la búsqueda de fósiles y pasión por la naturaleza, fue realmente en la universidad donde McKenna encontró su verdadero camino. Cuando iba por su segundo año de estudios universitarios, McKenna empezó a estudiar chamanismo, tras anotarse en una clase de religión popular tibetana. Entonces comenzó una serie de aventuras viajando y conociendo nuevas culturas.

McKenna viajó primero a Jerusalén, donde leyó sobre la Cábala y probó el opio. Fue durante este primer viaje cuando conoció a Kathleen Harrison, una etnobotánica que se convertiría en su esposa.

Terence era especialmente conocido por sus viajes, sobre todo en los ’60. A los veinte años, McKenna iba a San Francisco y experimentaba con ácido, luego traficaba hachís en la India y se iba a juntar hongos mágicos a las selvas del Amazonas.

A finales de los ’60, Terence decidió viajar a Nepal para continuar su estudio del chamanismo y el uso de plantas visionarias. McKenna acabó estudiando la lengua tibetana y pasó tiempo como coleccionista profesional de mariposas en Indonesia.

Tras su viaje al Amazonas con su hermano Denis McKenna para recolectar ayahuasca, Terence regresó a Berkeley para completar sus estudios autodidácticos en ecología, recuperación de recursos y chamanismo.

Cultivo de hongos

Los efectos de los hongos habían llamado el interés de McKenna desde hacía mucho tiempo, ya que se había interesado por primera vez a los 10 años, cuando leyó un ensayo sobre hongos mágicos en la revista Life. Nunca abandonó dicha fascinación por los hongos. Finalmente, puso en práctica su pasión a mediados de los ’70.

Con la ayuda de su hermano, Dennis McKenna, que sigue trabajando como etnofarmacólogo, Terence desarrolló una nueva técnica para cultivar hongos de psilocibina. Ambos hermanos fueron los primeros en crear un método fiable para cultivar este tipo de hongos, utilizando esporas que habían traído de su viaje al Amazonas.

Este método fue una técnica innovadora, que permitió el cultivo casero de hongos de psilocibina. Terence y Dennis publicaron el desarrollo de su nueva técnica en un libro titulado Psilocybin: Magic Mushroom Grower’s Guide. Aunque su trabajo y sus elogios sobre el uso de hongos mágicos han sido a menudo criticados en los principales medios de comunicación, Terence y Denis vendieron más de 100.000 copias de su libro.

McKenna tenía una teoría que, para muchxs, era “una forma de glorificar el uso de drogas”. Terence quería demostrar que los hongos psicodélicos eran el eslabón perdido de la historia de la evolución humana. The New York Times reveló y expuso grabaciones de McKenna donde apoyaba su teoría: “No fue hasta que nuestros antepasados primates empezaron a comer hongos alucinógenos de psilocibina, cuando empezaron a adquirir cualidades humanas”, sostenía.

Esta teoría se conoce popularmente como “teoría del mono drogado”puedes leer todo al respecto aquí.

Mediana edad y vida posterior

Matrimonio con Kathleen Harrison

Como ya se ha mencionado, Terence conoció a Kathleen Harrison en 1967 en Jerusalén. Los dos acabaron casándose en 1975. Sorprendentemente, la pareja no tuvo una relación sentimental antes de casarse. De hecho, Terence tuvo una novia llamada Ev antes, en 1975.

Terence y Kathleen tuvieron dos hijos: una hija llamada Klea y un hijo llamado Finn. Estuvieron casados 17 años antes de divorciarse en 1992.

Durante su matrimonio, Terence y Kathleen compartieron muchos intereses. Incluso fundaron una reserva etnobotánica sin fines de lucro en Hawaii llamada Botanical Dimensions. La pareja la utilizó no sólo para estudiar las plantas, sino también para educar a lxs demás, especialmente sobre los hongos mágicos y el bienestar espiritual. En la actualidad, Kathleen sigue dirigiendo la reserva.

Terence Mckenna y los psicodélicos

Terence McKenna ha sido posiblemente la persona que más ha concientizado sobre los psicodélicos y, más concretamente, sobre el DMT. De hecho, McKenna fue uno de lxs fervientes partidarios de introducir el DMT en la sociedad.

Junto con los hongos de psilocibina y la ayahuasca, McKenna creía que el DMT era la deificación definitiva de la existencia.

Entre 1967 y 1994, McKenna fumaba DMT con frecuencia. A lo largo de estos años, adquirió muchas revelaciones. Una de ellas surgió de una alucinación en la que se dio cuenta de la entidad con la que muchxs entusiastas de los psicodélicos se familiarizarían más tarde: “duendes máquina“. McKenna describió a estas entidades inteligentes como elfos máquina autotransformables.

El defensor de los hongos mágicos pudo concluir a través de sus propias experiencias psicodélicas personales que el objetivo de estas entidades era mostrar a la gente cómo crear utilizando el lenguaje. Los ‘duendes máquina’ son, ahora, a menudo reportados por personas que usan DMT.

Los psicodélicos permitieron a McKenna mezclar su espiritualidad del chamanismo con su comprensión del mundo. McKenna utilizó sus múltiples experiencias con psicodélicos para educar a otrxs y a menudo grabó charlas públicas.

Su último discurso publicado se titula Psychedelics in the Age of Intelligent Machines, y caracteriza un vínculo entre los psicodélicos, la tecnología y los humanos.

Fallecimiento

El 3 de abril de 2000, Terence falleció de un glioblastoma multiforme, una forma rara de cáncer cerebral. Aunque siguió un tratamiento médico, McKenna también dejó que sus amigxs lo ayudaran con remedios esotéricos.

Según un artículo publicado en The New York Times, un autodenominado “gran kahuna de la Polinesia” subió en bicicleta a la montaña para meditar junto a la cama de McKenna, mientras que un DJ de Nevada, Art Bell, pidió a sus 13 millones de oyentes que le enviaran buenas vibraciones.

Después de haber pasado seis semanas en la ruta, conviviendo con intelectuales bohemios que experimentaban con la mente y los hongos, Terence regresó a su escondite en Hawaii, acompañado de su nueva novia, Christy Silness.

McKenna sufría migrañas desde hacía muchos años. Sin embargo, al regresar a su casa, le sobrevinieron feroces dolores de cabeza que diferían de lo que había experimentado antes.

McKenna sufrió un terrible episodio en el que vomitó, tuvo alucinaciones y un sentido del olfato y del gusto distorsionado. A su agónico dolor de cabeza le siguió una grave bajada de presión arterial antes de desplomarse por un ataque cerebral.

Cuando lo llevaron al hospital, pensaron que el episodio había sido a causa de una sobredosis de drogas. Sin embargo, se descubrió más tarde que tenía un tumor del tamaño de una nuez en el córtex frontal derecho. A McKenna le dieron seis meses de vida con tratamiento médico.

Gracias a sus estudios y creencias, McKenna sobrellevó la idea de la muerte lo mejor que pudo. Afirmó: “Tomar drogas chamánicas y pasarte la vida estudiando filosofía esotérica es básicamente una meditación sobre la muerte”.

Mejores frases de Terence Mckenna

“Si las palabras ‘vida, libertad y búsqueda de la felicidad’ no incluyen el derecho a experimentar con tu propia conciencia, entonces la Declaración de Independencia no vale ni el cáñamo en el que se escribió”.

“Deja de consumir imágenes y empieza a producirlas”.

“La naturaleza ama el valor. Tú te comprometes y la naturaleza responderá a ese compromiso eliminando obstáculos imposibles”.

“El caos es aquello con lo que hemos perdido contacto. Por eso tiene mala fama. El arquetipo dominante de nuestro mundo, que es el Ego, le teme al caos porque su existencia se define en términos de control”.

“Los psicodélicos son ilegales no porque a un gobierno amoroso le preocupe que puedas saltar por la ventana de un tercer piso. Los psicodélicos son ilegales porque disuelven las estructuras de opinión y los modelos culturalmente establecidos de comportamiento y procesamiento de la información. Te abren a la posibilidad de que todo lo que sabes esté mal”.

“El costo de la cordura en esta sociedad es un cierto nivel de alienación”.

“Eres un ser divino. Tú importas, tú cuentas. Vienes de reinos de poder y luz inimaginables, y volverás a esos reinos”.

“Ahora se está produciendo una especie de diálogo entre los seres humanos individuales y la suma total del conocimiento humano, y nada puede detenerlo”.

“Necesitamos interactuar con personas de ideas afines en todo el mundo para establecer el nuevo orden intelectual que será la salvación de la humanidad”.

Libros notables de Terence McKenna

Food of the Gods: The Search for the Original Tree of Knowledge: A Radical History of Plants, Drugs, and Human Evolution

Psilocybin: Magic Mushroom Grower’s Guide

True Hallucinations: Being an Account of the Author’s Extraordinary Adventures in the Devil’s Paradise

The Invisible Landscape: Mind, Hallucinogens, and the I Ching

The Archaic Revival: Speculations on Psychedelic Mushrooms, the Amazon, Virtual Reality, UFOs, Evolution, Shamanism, the Rebirth of the Goddess, and the End of History

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